Poemas y canciones

Dos Fantasmas 

He intentado ser el primero y he tropezado ya mil veces

con las trampas de mi mismo, con el miedo a perderte.

La carretera hacia la nada, es una fata morgana,

tú la musa de mis versos, yo el cuerpo de un fantasma.

Confundo tu alter ego con mi reflejo en el espejo,

no te quites, no te apartes,

a tu lado puedo darte lo que no siento.

Mi mano izquierda está tendida y la derecha en el bolsillo,

mi corazón late deprisa, mi pensamiento cae al vacío.

Confundo tu alter ego con mi reflejo en el espejo,

no te quites, no te apartes, bajo tu sombra no soy nadie cuando duermo y

despierto si me oyes, y te escucho si me hablas, los dos somos aire, dos fantasmas.

Cara de niño 

Setenta metros que correr,

cuatro árboles pelados,

la arena frente a ti

Una canasta en el cielo,

las canicas por el suelo,

dos hormigas en tu dedo,

te dejaron sólo, un minuto eterno, la brisa del laurel

Quisiera haber estado ahí, ser tu hermano fuerte,

subirte a lo alto en mí, donde todos puedan verte,

¡tu cara de niño! 

y que esperen, que se aguanten, porque te toca a ti,

tu cara de niño, tu orgullo, tu risa, tu luz

Espinas de metal levantan altos muros

¿qué se esconderá detrás?

Una fila a contra luz se deshace tras un timbre

y después solo silencio

te dejaron sólo con aquel gigante sobre ti, 

roto tu castillo, desfigurada arena, la brisa del laurel

 

En tus brazos despierto 

Camino emprendido

de polvo y serpiertes

desnudo y rendido puedo verme

Me falta el aire

me ahogo por dentro

es un delirio que abrasa mi cuerpo

cuendo llegue este fin

en tus brazos despierto

El mar es ancho 

El mar es ancho

un azul sin fin

sobre aguas profundas

donde todo es oscuro

 

Por una mejor vida

vencí mis miedos

rompiendo las olas

llevándote dentro

 

Sabes que yo nunca

pude decirte que nó

mi corazón es tuyo

contigo sueño

 

¿Pero, y si me pierdo?

¿Y si no vuelvo?

¿Te acordarás de mí?

Habitó 

Habitó en mí

como una criatura desconocida

como un cuaderno sin palabras

de sintonías lejanas y voces mudas

hasta que acepté que

perdonar es un camino incierto

sin nadie a quién culpar

donde aquello que no eres tú

y aquello que no soy yo

tampoco lo quiero